Guatemala: Riqueza textil única

Entre las tradiciones y costumbres que aún perviven como expresiones de la cultura maya, destaca la indumentaria, en una vistosa y dinámica manifestación de identidad. Ella refleja la historia de un pueblo que, a lo largo de tres milenios, ha dado vida al arte perdurable de tejer y entretejer con ingenio, fuerza expresiva y creatividad, los hilos del pasado y del presente, logrando una poderosa forma de comunicación.

La palabra huipil

Esta palabra deriva del vocablo náhuatl huipilli, que significa “mi tapado”. (en algunos idiomas mayas se conoce como po't). El idioma náhuatl fue introducido en Guatemala, desde el centro de México, por los indígenas que mantenían un comercio intenso con Mesoamérica, desde muchos siglos antes de la conquista, y luego se establecieron en Guatemala con los españoles.

El huipil era una prenda de uso común entre los diversos grupos étnicos que poblaban Mesoamérica en la época prehispánica. A la difusión de la palabra huipil debe haber contribuido la necesidad de facilitar la comunicación y el comercio entre los indígenas guatemaltecos, hablantes entonces de una veintena de idiomas mayas.

Tradición milenaria

En sus orígenes, el huipil se usó únicamente con carácter ceremonial, y se remonta al Clásico Medio (500-600 d.C.). En figurillas de cerámica, se pueden apreciar mujeres de la élite que aparecen ataviadas con una especie de túnica suelta, sin mangas, elaborada con dos o más lienzos añadidos, y cuyo largo variaba desde la rodilla hasta los tobillos. Esta prenda también aparece representada en otros objetos, que han perdurado hasta nuestros días, como ciertas vasijas de cerámica policromada.

Desde entonces presisten, en el huipil actual, rasgos como su forma rectilínea y la tecnología empleada para elaborarlo, basada en el uso del telar de cintura. A partir de los inicios del siglo XVI, la prenda se transformó, a raíz de la conquista y la colonización europea; enconces se incorporaron nuevos materiales, como la seda. En algunos poblados empezó a tejerse en el telar de pedales, y a ello hay que sumar la adopción de nuevos motivos decorativos. Con el paso del tiempo, una serie de innovaciones en los materiales, diseños, y otros elementos han ido transformando el huipil hasta hoy.

El huipil tradicional

Con su huipil, cuadrado o rectangular, las mujeres mayas se han cubierto el torso desde la era prehispánica. Es la prenda de mayor impacto visual, logrando con maestría técnica. En la mayoría de los casos, cada ejemplar requiere mucho esmero y muchas horas de trabajo. Es esta la pieza en que se emplean más recursos, y por eso es también motivo de orgullo y satisfacción de sus portadoras. Continúa siendo entre ellas la pieza principal para expresar su identidad étnica.

En Guatemala se tejieron una gran variedad de huipiles distintivos, desde fines del siglo XIX hasta mediados de la década de los setenta. La diversidad geográfica del Altiplano guatemalteco fue el principal escenario de esta actividad, como resultado de que algunos municipios, relativamente aislados entre sí, desarrollaron tradiciones características, incluyendo el vestuario.

El traje, especialmente el huipil, era como “emblema” móvil de la identidad de un municipio, y en algunos casos, de sus aldeas. Él ayudaba a conservar un vigoroso sentido de pertenencia, que se transmitía de una generación a otra. Se convertía también así es una manera característica de combinar elementos como materiales, técnicas, colores, patrones decorativos, forms de uso y un rico repertorio de diseños. Esta variedad iconográfica se despliega en figura geométricas, zoomorfas, fitomorfas y antropomorfas. En algunas comunidades existían, o existen todavía, varios estilos distintivos de huipiles.

Más allá de la identidad étnica, el huipil revela la posición socioeconómica de su portadora. En ciertos casos, encerraba y sigue encerrando significados más hondos, arraigados en una particular visión de mundo, en la que afloran cuentos, mitos, leyendas, ritos y costumbres antiguas. Ello refleja una estrecha conexión con la naturaleza y el cosmos. De esta forma se representa la geografía, desde los cerros y los volcanes, los surcos de la “madre tierra”, del sol, la luna, las estrellas, los rumbos cardinales y hasta el centro del pueblo. O bien, se tejen diseños que representan ofrendas rituales de diversas clases. Este legado intangible de identidad simbólica es hoy, casi parte del pasado.

El huipil moderno

Una serie de cambios han erosionado la vida tradicional de las comunidades indígenas y por ende, el universo de sus textiles: por ejemplo, la migración a los centros urbanos y a otros países; la disponibilidad de mejores vías y medios de transporte, que facilitaron el comercio entre las comunidades; el terremoto de 1976 y el conflicto armado (1960-1996), dos eventos que marcaron nuestra historia; recientemente, también la globalización que llegó hasta los pueblos que permanecían aislados.

El factor económico también ha jugado un papel importante en esta época de incesantes cambios. El costo de los huipiles distintivos ha incrementado notablemente, lo que obliga a muchas mujeres a adquirir blusas carentes de rasgos específicos de un determinado lugar, como ocurre con las blusas bordadas a máquina con motivos florales, llamadas por los antropólogos, prendas “generalizadas”.

Otro cambio significativo, ocurrido antes en unos lugares que en otros, fue que se difundió la moda de vestirse con huipiles procedentes de otros poblados, según el gusto personal. Para algunas mujeres, esta moda es símbolo de un mayor poder adquisitivo; para otras, profesionales o intelectuales, por ejemplo, es una manera de representar la hermandad, la solidaridad y el orgullo étnico. Esto es parte de la modalidad del traje que los antropólogos identifican como “pan-maya”.

Así, una mayor intromisión del mundo moderno rompió la fuerte conexión que existía entre las portadoras del traje y sus poblados. Transformó los códigos del traje específico de muchos municipios y aldeas. Se quebrantaron las normas que dictaban el uso de los huipiles tradicionales. En todo caso, aunque se conserven rasgos distintivos, ha aumentado la influencia de un poblado en otro, como la imitación de diseños, colores y materiales.

Estos cambios en el huipil y en el traje van de la mano con las transformaciones que se han dado en el seno de la cultura Maya, que incluyen nuevas formas de construir la identidad a nivel grupal, más allá de las fronteras locales y regionales.

Forma y tamaño

El huipil suele elaborarse con dos o tres lienzos (según la tradición de cada municipio o aldea), y en algunos casos, solamente con uno. Los lienzos se unen mediante costuras de unión, llamadas randas en muchos lugares. Las costuras laterales se terminan a la altura del brazo o se dejan sueltas.

El largo del huipil para la vida cotidiana varía de acuerdo con las costumbres locales; pero más aún, según el clima. Los hay desde cortos, que dejan descubierta la cintura, como en el caso de algunas comunidades de Alta Verapaz y Palín, hasta más largos cuya parte sin decorar se lleva dentro de la falda. En lugares como san Mateo Ixtatán se usan encima del corte, para protegerse del frío.

Técnicas decorativas

Brocado de trama suplementaria

Las telas se adornan utilizando técnicas superestructurales, como la de “brocar”. Esta consiste en formar figuras con hilos adicionales que se entrelazan con la urdimbre y la trama básica, mientras se teje la tela. Algunas flotan a través del tejido; otras envuelven los hilos de la urdimbre, logrando así una serie de combinaciones que dan singularidad y diversidad a las figuras.

Bordado

El bordado del huipil es de origen europeo. A través de los años esta técnica decorativa ha predominado en las prendas usadas por mujeres de muchas comunidades, que combinan variedad de motivos hechos con puntadas complejas. En las últimas décadas, el bordado a máquinaha cobrado importancia y, en muchos casos, ha sustituido al brocado. También se utilizan otras formas de decoración, como las aplicaciones de tela o de otros materiales como cordoncillos, mostacillas, encajes y lentejuelas.

Así como los huipiles son el patrimonio tangible de una tradición milenaria, los conocimientos, la diversidad de las técnicas, los motivos y sus significados son el patrimonio intangible que las sustenta. Ambos se perpetuarán en la medida en que las mujeres sigan vistiendo sus trajes tradicionales.

Hechura del huipil

En la actualidad aún existen mujeres mayas que tejen varias prendas de su indumentaria con el telar de cintura, de origen prehispánico. El proceso de tejer comienza con la selección de materiales. Los más populares son el algodón mercerizado, el rayón y las fibras acrílicas. El teñido artesanal de los hilos se limita a los hilos jaspeados, con los que forman los diseños en colores contrastantes que aparecen en algunos huipiles.

Telares

Telar de cintura

Antes de montar el telar. Se usa una urdidora para ordenar y entrecruzar los hilos (verticales) de la urdidumbre y crear el cruce que separa los hilos pares de los impares. Ya en el telar, el cruce formará el espacio (calada) por donde se pasarán las tramas (hilos horizontales) del tejido.

Montaje. La urdidumbre se sostiene con dos varas en los extremos. Uno se fija a un punto (usualmente un pilar o árbol). La del otro extremo tiene un mecapal que pasa por la cintura de la tejedora, quien mantendrá la tensión de los hilos de la urdidumbre con el movimiento de su cuerpo.

Se coloca el segundo rollo separador para sostener el cruce de los hilos de la urdidumbre. El corazón, en combinación con el “chocoyo”, cambia la posición de los hilos y abre la calada. La tejedora atraviesa la espada y desliza la trama por medio de la bobina para cormar la tela.

Ya montado el telar, ella selecciona la forma (ligamento) en que va a entrecruzar los hilos de la trama y de la urdidumbre, por ejemplo: tefetán (tejido llano), sarga (twill), tapicería, gasa, “confite” (“chivo”), o terciopelo.

Telar de pie

Los españoles introdujeron un telar más eficiente que el de cintura: el telar de pie. Es fijo y se acciona por medio de pedales. Su uso requiere de herramientas especializadas como la trascañadera, la urdidora vertical y el torno. Su montaje y manejo son complejos, pues se requieren conocimientos y destrezas específicas. Sin embargo, se usan en este instrumento varias de las técnicas descritas para el telar de cintura.

Huipiles cotidianos

Son 117, distintivos de igual número de municipios, pertenecientes a 17 de los 22 departamentos de Guatemala.

Como resultado de la evolución de los huipiles -que se ha acelerado en las últimas décadas- algunos ejemplares ya forman parte de la historia: San Pedro Ayampuc (Guatemala), Magdalena Milpas Altas y San Bartolomé Milpas Altas (ambos en Sacatepéquez).

Otros de los estilos están por desaparecer pues se mantienen gracias a un número muy reducido de tejedoras, como ocurre en Acatenango (representado por el huipil de la aldea Nejapa) y en Santa Cruz Balanyá (Chimaltenango), así como Alotenango, San Miguel Dueñas y Santa Catarina Barahoa (todos en Sacatepéquez).

En lugares com Santa Catarina Palopó (Sololá), el estilo característico se ha transformado de tal forma que dio lugar a otros, que coexisten.

También hay blusas. Se trata de municipios que deben haber sufrido mayor influecia de la tradición española, que se inició con la conquista y la colonización a partir de 1524 (San Luis, en Petén; Santa Lucía Utatlán y Santa María Visitación, en Sololá; Santa Cruz del Quiché, en Quiché).

En los municipios situados en la Costa Sur, las mujeres tienden a usar blusas debido a que acostumbraban dejarse el torso descubierto antes de que la influencia foránea llegara a estos poblados.

Cada huipil es único. Refleja las destrezas y gustos de la tejedora o bordadora que lo elabora. Algunos llevan una marca personal que identifica a la creadora.

Lista de huipiles organizados de acuerdo al grupo lingüístico

Tipo de telar
c: cintura, p: pie, i: industrial

Técnicas decorativas
bts: brocado de trama suplementaria, bmn: bordado a mano, bmq: bordado a máquina, apl: aplicación


Achí
Cubulco, Baja Verapaz (c, bmn)
Rabinal, Baja Verapaz (c, bts, bmn)
San Miguel Chicaj, Baja Verapaz (c, bts)

Awakateko
Aguacatán, Huehuetenango (i, bmn, bmq, apl)

Ch'orti'
Camotán, Chiquimula (i, apl)
Jocotán, Chiquimula (i, apl)

Chuj
San Mateo Ixtatán, Huehuetenango (i, bmn)

Ixil
Chajul, Quiché (c, bts)
Nebaj, Quiché (c, bts, bmn, apl)
San Juan Cotzal, Quiché (c, bts, bmn, apl)

Kaqchikel
Acatenango, Chimaltenango (c, bts, bmn)
Alotenango, Sacatepéquez (c, bts)
Comalapa, Chimaltenango (c, bts, apl)
Chimaltenango, Chimaltenango (c, bts, bmn, apl)
Chuarrancho, Guatemala (c, bts, bmn)
Magdalena Milpas Altas, Sacatepéquez (c, bts)
Panajachel, Sololá (c, bts, bmn)
Parramos, Chimaltenango (c, bts, bmn)
Patzicía, Chimaltenango (c, bts)
Patzún, Chimaltenango (c, bmn)
San Andrés Iztapa, Chimaltenango (c, bts, apl)
San Andrés Semetabaj, Sololá (c, bts, apl)
San Antonio Aguas Calientes, Sacatepéquez (c, bts, apl)
San Antonio Palopó, Sololá (c)
San Bartolomé Milpas Altas, Sacatepéquez (c, bts)
San José Poaquil, Chimaltenango (c, bts, apl)
San Juan Sacatepéquez, Guatemala (c, bts, bmn)
San Marcos La Laguna, Sololá (c, bmn)
San Martín Jilotepeque, Chimaltenango (c, bts, bmn)
San Miguel Dueñas, Sacatepéquez (c, bts, bmn)
San Pedro Ayampuc, Guatemala (c, bts)
San Pedro Sacatepéquez, Guatemala (c, bts, bmn)
San Raimundo, Guatemala (c, bts, bmn)
Santa Apolonia, Chimaltenango (i, bmn)
Santa Catarina Barahona, Sacatepéquez (c, bts, bmn)
Santa Catarina Palopó, Sololá (c, bts)
Santa Cruz Balanyá, Chimaltenango (c, apl)
Santa Cruz La Laguna, Sololá (c, bmn)
Santa María de Jesús, Sacatepéquez (c, bts, apl)
Santiago Sacatepéquez, Sacatepéquez (c, bts)
Santo Domingo Xenacoj, Sacatepéquez (c, bts, bmn)
Sololá, Sololá (c, bts)
Sumpango, Sacatepéquez (c, bmn)
Tecpán Guatemala, Chimaltenango (c, bts)

K'iche'
Almolonga, Quetzaltenango (c, bts, apl)
Cantel, Quetzaltenango (i, bmn)
Chichicasteango, Quiché (c, bts, bmn, apl)
Cunén, Quiché (i, apl)
Joyabaj, Quiché (c, bmn)
Mazatenango, Suchitepéquez (i, apl)
Momostenango, Totonicapán (p)
Nahualá, Sololá (c, bts, bmn)
Olintepeque, Quetzaltenango (p, bmn)
Patzité, Quiché (c, bmn)
Quetzaltenango, Quetzaltenango (p, bts, bmn)
Semayac, Suchitepéquez (i)
San Andrés Sajcabajá, Quiché (i, apl)
San Andrés Xecul, Totonicapán (i, bmn)
San Anotnio Ilotenango, Quiché (i, apl)
San Bartolomé Jocotenango, Quiché (p)
San Bernardino, Suchitepéquez (i)
San Cristobal Totonicapán, Totonicapán (i, bmn)
San Francisco El Alto, Totonicapán (p, apl)
San Sebastián, Retalhuleu (i, apl)
Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá (c, bts, bmn)
Santa Clara La Laguna, Sololá (c, bmn)
Santa Cruz del Quiché, Quiché (i, apl)
Santa Lucía Utatlán, Sololá (i, bmn)
Santa María Chiquimula, Totonicapán (c, bmn)
Totonicapán, Totonicapán (p, bts, bmn, apl)
Zacualpa, Quiché (c, bts, bmn)
Zunil, Quetzaltenango (c, bmn)

Mam
Cabricán, Quetzaltenango (c, bmn)
Cajolá, Quetzaltenango (p)
Colotenango, Huehuetenango (c, bts, bmn)
Comitancillo, San Marcos (p, apl)
Concepción Chiquirichapa, Quetzaltenango (c, bts, bmn)
Ixtahuacán, Huehuetenango (c, bts, bmn)
Ostuncalco, Quetzaltenango (p, bts, apl)
San Antonio Sacatepéquez, San Marcos (p, bts, apl)
San Gaspar Ixchil, Huehuetenango (i, bmn)
San Juan Atitán, Huehuetenango (c, bts)
San Martín Sacatepéquez, Quetzaltenango (c, bts)
San Miguel Sigüilá, Quetzaltenango (c, bts)
San Pedro Necta, Huehuetenango (c, bts, bmn)
San Pedro Sacatepéquez, San Marcos (p, bts, bmn)
San Rafael Petzal, Huehuetenango (p, bmn)
Santa Bárbara, Huehuetenango (i, bmn)
Santiago Chimaltenango, Huehuetenango (c, bts)
Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango (c, bts, apl)

Mopán
San Luis, Petén (i, bmn)

Popti'
Jacaltenango, Huehuetenango (c, bts, apl)

Poqomam
Chinautla, Guatemala (p, bts, apl)
Mixco, Guatemala (p, bts)
Palín, Escuintla (c, bts)
San Luis Jilotepeque, Jalapa (i, apl)

Poqomchi'
Santa Cruz Verapaz, Alta Verapaz (i, apl)
Tactic, Alta Verapaz (c, bts)
Tamahú, Alta Verapaz (c, bts)
Tucurú, Alta Verapaz (c, bts)

Q'anjob'al
San Juan Ixcoy, Huehuetenango (i, apl)
Santa Eulalia, Huehuetenango (i, apl)
Soloma, Huehuetenango (i, apl)

Q'eqchi'
Cahabón, Alta Verapaz (c)
Cobán, Alta Verapaz (c, bts, bmn)
San Juan Chamelco, Alta Verapaz (c, bts)
San Pedro Carchá, Alta Verapaz (c, bts)
Senahú, Alta Verapaz (c, bts)

Sakapulteko
Sacapulas, Quiché (i, bmq, apl)

Tz'utujil
San Juan La Laguna, Sololá (c, bmn)
San Pablo La Laguna, Sololá (c, bmn, apl)
San Pedro La Laguna, Sololá (i, bmq, apl)
Santiago Atitlán, Sololá (c, bts, bmn)

K'iche' & Tz'utujil
San Miguel Panán, Suchitepéquez (i, apl)

Tz'utujil & K'iche'
Santa María Visitación, Sololá (i, bmn)

Kaqchiquel & Tz'utujil
San Lucas Tolimán, Sololá (c, bts, bmn, apl)
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